El Jueves Santo es el nombre dado a la fecha en que Jesús celebró la Pascua con sus discípulos, conocido como la Última Cena. Dos eventos importantes son el foco del Jueves Santo.
En primer lugar, Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos y, por tanto, instituyó la Cena del Señor, también llamada la Comunión (Lucas 22:19-20). Algunas iglesias cristianas observan una celebración especial de la Cena del Señor el Jueves Santo en recuerdo de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En segundo lugar, Jesús lavó los pies de los discípulos como un acto de humildad y servicio, estableciendo así un ejemplo que debemos amar y servir el uno al otro mutuamente en la humildad (Juan 13:3-17). Algunas iglesias cristianas observan una ceremonia del lavado de los pies el Jueves Santo para conmemorar a Jesús lavando los pies de los discípulos.
La palabra inglesa “Maundy” se deriva de la palabra latina para “mandato.” El “Maundy” en el Jueves Santo se refiere al mandato que dio Jesús a sus discípulos en la Última Cena, que deben amar y servir el uno al otro. ¿Debemos observar el Jueves Santo? La Biblia no lo ordena ni lo excluye. Es una buena cosa recordar la Última Cena y el sacrificio de Jesús en nuestro favor. Es una buena cosa recordar el ejemplo de la humildad del Señor. Sin embargo, al mismo tiempo, debemos evitar las observancias rituales de días festivos a menos que estén realmente enfocados en Dios y nuestra relación con él.
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